domingo, 21 de abril de 2013

PUEDO...


PUEDO...




                Puedo fracasar, pero seguiré adelante en mi lucha convencido de la verdad de mis ideales y de la justicia de mis metas más preciadas.


                  Puedo desmayar, pero continuaré creyendo en un futuro de infinita luz para mi vida y para todos los hombres que habitan esta Tierra.


              Puedo llorar, pero avanzaré por mi áspero sendero con la certeza de que las amargas lágrimas de hoy son el cimiento de las sonrisas del mañana.


              Puedo caer, pero surgiré nuevamente de entre mis cenizas y comenzaré la dura pelea todas las veces que sea necesario para obtener la victoria.


               Puedo desfallecer, pero encontraré dentro de mi ser un inmenso caudal de fuerzas que serán mi sostén en todas las adversidades que deba superar.


PUEDO SUFRIR, PERO TRIUNFARÉ...SI  EN TODO ME ACOMPAÑA DIOS!!

EL MAÍZ


EL MAÍZ

 



En cierta ocasión, un reportero le preguntó a un agricultor si podía divulgar el secreto de su maíz, que ganaba el concurso al mejor producto año tras año.

El agricultor confesó que se debía a que compartía su semilla con los vecinos.

 - ¿Por qué comparte su mejor semilla con sus vecinos, si usted también entra al mismo concurso? preguntó el reportero.

-Verá usted, dijo el agricultor. El viento lleva el polen de un sembradío a otro. Si mis vecinos cultivaran un maíz de calidad inferior, la polinización cruzada echaría a perder la calidad del mío. Si siembro buen maíz, debo ayudar a que mi vecino también lo haga.


Lo mismo ocurre en nuestra vida. Quienes decidan vivir bien, deben ayudar a que los demás vivan bien, porque el valor de una vida se mide por las vidas que toca. Quienes optan por ser felices, deben ayudar a que otros encuentren la felicidad, pues el bienestar de cada uno está unido al bienestar común.

NO TE PIDO MUCHO TIEMPO


NO TE PIDO MUCHO TIEMPO




No te pido mucho tiempo

Tan solo unos instantes 

Aquellos que te exceden
Aquellos cautivantes

No soy bueno en la tertulia
Tan solo suelo mirarte
Aquellos ojos bellos
Tus gestos exorbitantes


No quisiera perder mis ganas
Tan solo es un deseo
Dormir junto a tu pecho
Aun estando despierto


Y sabe dios lo que no digo
Que nada es más cierto
Las noches se desgranan
Cuándo te pienso y pienso


Nada es tan trascendente
Nada es más inseguro
No te pido mucho tiempo
Tan solo unos momentos


Aquí estoy hora
 Escribiendo estos versos
A mi amor de ensueños
Que no sabe lo que siento


Mi corazón es un roble
Difícil de expresar su sentimiento
A pesar de que lo intuyes
Y no respondes al encuentro


No te pido mucho tiempo
Tan solo unos momentos
Para que escuches mi clamor
Y lo acunes sin miedos


Y sabe dios que no miento
Que muero por tus brazos de cielo
Por tus palabras de amor sinceras 
Que se niegan por mi silencio


Gabriel Cuellar

El Consejero del Rey


El Consejero del Rey



Cuentan que un rey tenía un consejero que ante circunstancias adversas siempre decía: "qué bueno, qué bueno, qué bueno". Un día de cacería el rey se cortó un dedo del pie y el consejero exclamó: "qué bueno, qué bueno, qué bueno".

El rey, cansado de esta actitud, lo despidió y el consejero respondió: "qué bueno, qué bueno, qué bueno". Tiempo después, el rey fue capturado por otra tribu para sacrificarlo ante su dios. Cuando lo preparaban para el ritual, vieron que le faltaba un dedo del pie y decidieron que no era digno para su divinidad al estar incompleto, dejándolo en libertad.

El rey ahora entendía las palabras del consejero y pensó: "qué bueno que haya perdido el dedo gordo del pie, de lo contrario ya estaría muerto".

Mandó llamar a palacio al consejero y se lo agradeció. Pero antes le preguntó por qué dijo "qué bueno" cuando fue despedido. El consejero respondió: "si no me hubieses despedido, habría estado contigo y como a ti te habrían rechazado, a mí me hubieran sacrificado".

La vida es como un laberinto con muchos caminos por tomar. En el diario caminar podemos estrellarnos contra las paredes cuando las circunstancias son difíciles. Pero hay que tomar una actitud como la del consejero de la historia: positiva y de desapego.

Nada ganamos angustiándonos, preocupándonos y torturándonos con los problemas.

Para cualquier dificultad en la vida existe una razón que muchas veces escapa a nuestra perspectiva y no entendemos en el momento. No podemos entender el porqué de todas las paredes del laberinto, a menos que nos elevemos y veamos la figura completa.

La vida es un aprendizaje permanente: todo estudiante recibe primero la lección y luego los problemas por resolver. En la vida real es al revés: primero nos dejan problemas para resolver y luego debemos deducir la lección. De la misma forma como la tensión durante un examen hace que baje nuestro rendimiento, la vida nos prueba que la mejor forma de rendir bien es con desapego y una buena actitud.

¿Por qué es tan difícil enfrentar los problemas con una actitud positiva? Por la distancia entre usted y el problema. Imagínese que va en patines y remolcado por un auto. Si tiene la cuerda muy corta entre usted y el auto, seguramente no verá con anticipación los baches en la pista y se golpeará.

En cambio si usted es remolcado por un auto con una soga larga, verá los baches y podrá esquivarlos. Lo mismo ocurre en la vida: mientras más distancia tomemos y tengamos más soga entre nosotros y los problemas, podremos tener la libertad para escoger nuestra respuesta y evitar los golpes.

El estrés, el trabajo exagerado, la falta de tiempo para descansar, para la familia y para desarrollar actividades espirituales; en suma el estar desbalanceado acorta la soga y nos quita libertad para responder.

Si llegamos del trabajo con estrés y nuestro hijo comete una travesura, reaccionamos desproporcionadamente, haciéndole daño a quien más queremos.

Cuando estamos tensos y con sobrecarga de trabajo en la oficina y un colega nos hace una crítica, explotamos. Así creamos un clima laboral contraproducente y afectamos las relaciones interpersonales.

Dedíquele tiempo a la persona más importante de su vida: usted. Alargue su soga ante los problemas, balanceando su vida. Así, la próxima vez que se enfrente a una dificultad podrá decir como el consejero del rey: "qué bueno, qué bueno, qué bueno".

miércoles, 3 de abril de 2013

Tarea para hoy - Confía en tu poder


Tarea para hoy - Confía en tu poder

 

Confía en ti. Son tus propias dudas y miedos los que te alejan de tus objetivos
Mira alto, sueña alto, anhela lo mejor de lo mejor, anhela todo lo bueno, pues la vida nos trae lo que anhelamos.
Si pensamos pequeño: lo pequeño vendrá. Si pensamos firmemente en lo mejor, en lo positivo y luchamos por alcanzarlo: lo mejor va a venir a nuestra vida.
Hoy es el día de la gran limpieza mental. Tira todo lo que te encadena al pasado que te hace daño. Arroja todo a la basura, limpia tu corazón, haz que esté listo para una nueva vida, y para un nuevo amor si te encuentras solo(a); pues somos apasionados, somos capaces de amar muchas veces, porque somos la manifestación del amor.
La vida te llama, te invita a una nueva aventura, a un nuevo viaje, a un nuevo desafío. Proponte en este día a ti mismo(a) que harás todo lo posible para alcanzar tus objetivos.
Confía en la vida, confía en ti.

Mi padre es el piloto


Mi padre es el piloto

 

Una vez, un señor abordó un avión para viajar a Nueva York. Un niño entró buscando su asiento y se sentó al lado suyo. El niño era muy educado y pasó el tiempo coloreando en su libro de pintar.
No presentaba rasgos de ansiedad ni nerviosismo al despegar el avión. El vuelo no fue muy bueno, hubo tormenta y mucha turbulencia. De momento una sacudida fuerte, y todos estaban muy nerviosos, pero el niño mantuvo su calma y serenidad en todo momento.
¿Cómo lo hacía?, ¿Por qué su calma?... Hasta que una mujer frenética le preguntó:
- Niño: ¿no tienes miedo?
- No señora”, contestó el niño y mirando su libro de pintar le dice:-”Mi padre es el piloto”.
A lo largo del camino nos vamos a encontrar con sucesos que nos sacudan como en una turbulencia. Habrá momentos en los que no veremos el terreno sólido y nuestros pies no pisarán lugar seguro. No veremos dónde sostenernos, estaremos inseguros. En esos tiempos hay que recordar que nuestro PADRE es el piloto. A pesar de las circunstancias, nuestras vidas están puestas en el creador.
Así que la próxima vez que llegue una tormenta a tu vida o si en este momento estás pasando por una, alza tu mirada al cielo, CONFÍA y di para ti mismo:
¡Mi Padre es el piloto!

El sacrificado y verdadero amor de una madre


El sacrificado y verdadero amor de una madre

 




Un joven con un récord académico excelente fue a solicitar un puesto directivo en una gran empresa.

Pasó la primera entrevista, el director hace la última entrevista, y es quien toma la decisión final.


El director descubrió, a partir del análisis del Curriculum Vitae, que los logros académicos del joven fueron excelentes en todo momento, desde la escuela secundaria hasta la investigación de postgrado, nunca había tenido un año en el que no obtuvo excelentes calificaciones.

El director le preguntó: "¿Obtuviste alguna beca en la escuela?"

El joven respondió "ninguna".


El director le preguntó: "¿Fue tu padre quien pagó los honorarios de tu escuela?"

El joven respondió: "Mi padre falleció cuando tenía un año de edad, fue mi madre la que pagaba todo".

El director le preguntó: "¿Dónde trabaja su madre?"

El joven respondió: "Mi madre trabajaba lavando y secando ropa.

El director pidió al joven mostrar sus manos.

El joven mostró un par de manos lisas y perfectas.

El director le preguntó: "¿Alguna vez ha ayudado a su madre a lavar la ropa antes?"

El joven respondió: "No, mi madre siempre quiso que yo estudiara y leyera más libros.

Además, mi madre puede lavar la ropa más rápido que yo".

El director dijo: "Tengo una petición.

Al volver hoy, vaya y limpie las manos de su madre, y luego venga a verme mañana por la mañana".

El joven sintió que su oportunidad de conseguir el trabajo era muy alta.

Cuando regresó, felizmente pidió a su madre para limpiarle las manos.

Su madre se sentía extraña, feliz, pero con sentimientos encontrados, y mostró finalmente sus manos a su hijo.

El joven comenzó a limpiar las manos de su madre poco a poco.

Sus lágrimas cayeron a medida en que lo hizo.

Era la primera vez que se daba cuenta de que las manos de su madre estaban tan arrugadas, y con tan numerosas callosidades y contusiones.
Algunos eran tan dolorosos que su madre se estremeció cuando los limpió con sólo agua.

Esta fue la primera vez que el joven se dio cuenta de que era este par de manos que lavan la ropa todos los días, lo que hacía posible pagar la cuota de la escuela y la universidad.

Los moretones en las manos de su madre fueron el precio que pagó por su graduación, por su excelencia académica, y su futuro.

Después de terminar la limpieza de las manos de su madre, el joven lavó toda la ropa restante.

Esa noche, madre e hijo hablaron durante un tiempo muy largo.

A la mañana siguiente, el joven fue a la oficina del director.

El Director notado las lágrimas en los ojos del joven, le preguntó:

"¿Puede usted decirme qué ha hecho y qué aprendió ayer en su casa".

El joven respondió: "Yo limpié las manos de mi madre, y también terminé de lavar toda la ropa que aun quedaba".

El Director le preguntó: "por favor, dígame qué siente."

El joven dijo:
Número 1, Ahora sé lo que es la apreciación. Sin la abnegación de mi madre, no habría tenido hoy éxito.
Número 2, Al trabajar juntos y ayudar a mi madre, sólo ahora me doy cuenta de lo difícil y duro que es conseguir que se haga algo.
Número 3, He llegado a apreciar la importancia y el valor de la relación familiar.
El Director dijo: "Esto es lo que estoy buscando en mis gerentes".

Quiero contratar a una persona que aprecia la ayuda de los demás, una persona que conoce el sufrimiento de los demás para hacer las cosas, y una persona que no pondría el dinero como su única meta en la vida. Usted está contratado."

Con el paso del tiempo, este joven trabajó muy duro, y recibió el respeto de sus subordinados.

Cada empleado trabajó con diligencia y en equipo.

El desempeño de la empresa mejoró enormemente.


Y TÚ ¿CUÁNDO LE LIMPIASTE LAS MANOS O PIES A TU MAMÁ?

Los padres no son eternos


Los padres no son eternos



Los padres no son eternos, llámales, visítales, llévales a sus nietos, invítales a cenar, abrázales, ríe con ellos.

Y si es necesario déjalos hablar y escúchales con cariño y con paciencia.


M a ñ a n a   p u e d e   s e r   t a r d e.!


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