domingo, 7 de octubre de 2012

La Teoría de las ventanas rotas

En 1.969, el profesor Phillip Zimbardo, de la Universidad de Stanford, realizó un experimento de psicología social en Estados Unidos. Dejó dos autos idénticos abandonados en la calle (la misma marca, modelo y color). Uno lo dejó en el Bronx, por entonces una zona pobre y conflictiva de Nueva York y el otro, en Palo Alto, una zona rica y tranquila en california. Dos autos idénticos abandonados en dos barrios con poblaciones muy diferentes y con un equipo de especialistas en psicología social estudiando las conductas de la gente en cada uno de estos sitios. Resultó que el auto abandonado en el Bronx comenzó a ser despedazado y en pocas horas perdió  las llantas, el motor, los espejos, la radio, etcétera. Todo lo aprovechable se lo llevaron y lo demás lo destruyeron a golpes. En cambio el auto abandonado en Palo Alto, todo el tiempo se mantuvo intacto. 

Pero el experimento en cuestión no finalizó ahí: cuando el auto abandonado en el Bronx ya estaba desecho y el de Palo Alto, llevaba una semana impecable, los investigadores rompieron a propósito un vidrio trasero del automóvil de Palo Alto. El resultado fue que se destaó el mismo proceso que en le Bronx y el robo, la violencia y el vandalismo redujeron el vehículo al mismo estado en que había quedado el del barrio pobre.

¿Por qué el vidrio roto en el auto abandonado en un vecindario supuestamente seguro era capaz de generar todo un proceso delictivo? Los autores dicen que los problemas sociales hay que arreglarlos cuando aún son pequeños. Si se limpian los bancos de la plaza diariamente, la tendencia es que la basura no se acumulará en este lugar. En consecuencia, la teoría hace dos hipótesis   si se resuelven a tiempo los problemas sociales, las contravenciones serán menores  el comportamiento antisocial disminuirá y los crímenes de mayor grado serán prevenidos.



Phillip Zimbardo

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